viernes, 16 de noviembre de 2007

Por que callamos?

Pensaba en estos días mientras me preguntaba.... Tiene algún beneficio guardar silencio, cuidarnos de hablar?
A quien cuidamos cuando no hablamos? A nosotros mismos, a nuestros padres, hermanos, hijos, amigos... a quien?
Pensaba si el silencio tiene que ver con no saber qué decir o con el no saber cómo decir simplemente algunas cosas.
Pensaba si cuando uno aprende hablar, todo ese mundo que es el lenguaje, se da gracias al acto mismo de hablar, de pronunciar la palabra, o cuando otros nos han enseñado a hacerlo, preguntando, dándonos un caudal de palabras y esencialmente escuchándonos...y pensaba que necesariamente se necesitan de ambos condimentos. A la palabra hay que darle lugar pero también hay que poder decirla y darle un lugar más definitivo, más transitable, hasta que se sienta cómoda en uno mismo.
Claro que hay palabras que incomodan mas que otras. A veces al que las dice al pronunciarlas y oírlas de sí mismo y otras que incomodan a quienes las escuchan.
Otras palabras tienen otros destinos, pues inauguran muchos espacios y relaciones y son las mas difíciles porque necesitan paciencia, tiempo, amor y muchas acciones individuales y conjuntas.
Pensaba en la discapacidad. Una palabra difícil de pronunciar y difícil de escuchar. Una palabra que se dice con miedo de lastimar, una palabra que incomoda.
Reflexionaba si el pensar de este modo la palabra discapacidad no nos ubica ya en un lugar complicado para poder pensar la discapacidad, cualquiera de ellas fuera, pues ya tenemos miedo de cómo se pueda sentir una persona con discapacidad, de lastimar o incomodarnos a nosotros mismos por nombrar algo que nos involucra.
Pensaba que es quizás en esos momentos donde aparece el vacío, el silencio, lo que se calla por miedo de decir o de no saber como decir y pensamos que así ahorramos sufrimiento propio y ajeno, pero en realidad el silencio a veces duele mas que cualquier palabra a la vez que se vuelve mucho mas enloquecedor.
Prefiero pensar que la palabra discapacidad puede ser utilizada de muchos modos, pero para eso hay que hablar: decirla, nombrarla, oirla y depende de cómo la utilizemos cada uno de nosotros y cómo la pronunciemos y desde que lugar la escuchemos lo que condicionara lo que conquistemos: un lugar mas o menos cómodo en la sociedad y en nuestras propias vidas.

Mari

1 comentario:

Anónimo dijo...

por ignorante no quiero ser irrespetuoso pero en el caso de los enanos a mi me parece que no hay discapacidad, salvo que haya implicitos problemas de salud derivados de su condicion que no conozco. pero no son como un ciego o un paralitico, que tienen una discapacidad que les da nombre.
los enanos son mas chicos que el resto de la gente pero eso no los hace discapacitados, sufren las consecuencias de la baja altura como un chico o alguien muy petiso.
en definitiva todos los diferentes sufrimos discriminaciones pero los enanos no son discapacitados