jueves, 12 de marzo de 2009

“DIS”CAPACIDAD, DISCRIMINACIÓN Y MEDIOS DE DIFUSIÓN

Los Medios de Difusión forman parte del poder en la sociedad actual. Son formadores de ideas y generadores de opiniones. Lo que hemos dado en llamar “opinión pública” se nutre, básicamente, de los diarios, la radio, la televisión y de la Internet. Hoy se sostiene – y se transmite—la famosa idea de que “lo que le hace falta a un país es tener ciudadanos bien informados”. Puedo decir también --sin temor a equivocarme-- que si bien antes los medios de difusión decidían sobre los temas que hablaría la sociedad, hoy deciden hasta lo que piensa y difunden los paradigmas de la Cultura. Las cuestiones que desean que cobren importancia y sobre las que hay que explayarse y opinar son estudiadas, habladas, reiteradas, analizadas y exhibidas hasta el cansancio en los diferentes canales, radios, diarios e Internet, de mil maneras y modos. Desde mi posición de mujer con “dis”capacidad, escritora, pensadora y conferencista, quiero hacerles llegar este análisis: “Lo que le hace falta a un país es una ciudadanía culta, no una ciudadanía bien informada. Lo realmente importante es que la gente piense, no que le parezca que piensa. Hace ya mucho tiempo que la Educación viene siguiendo, en nuestro país, una línea descendente y en esa línea incluyo a los programas de televisión y radios. Les han hecho creer a las personas que lo importante es “ser hermosos/ as”, “rubios/ as”, “de nariz respingada, labios carnosos y cuerpos perfectos”. Y así nos encontramos con uno de los porqué más importantes de la discriminación en los medios de difusión para con las personas con “dis”capacidad: Una persona con “dis”capacidad no tiene, generalmente, ni uno de esos atributos o tiene sólo algunos, pero no puede tener todos. Por que la “Dis”capacidad no es hermosa, ni tiene cuerpos perfectos. Así como la mayoría de la gente no lo es. Somos todos imperfectos, diferentes, complementos unos de otros; es absurdamente imposible querer ser todos iguales y perfectos. Si varios de los que aparecen en las pantallas no recurrieran a las cremas, los maquillajes, las tinturas, los tratamientos adelgazantes y las cirugías, no tendrían la autoestima ni la personalidad suficientes para aparecer como “modelos”. Y si no fuera por esas “pócimas mágicas” o “ungüentos milagrosos” o “cirugías reparadoras”, en poco tiempo nos quedaríamos sin personas aptas para exhibir en las pantallas. Y quizás es éste un llamado de atención de la Madre Naturaleza al haber dispuesto que seamos tantas personas con “dis”capacidad en el Mundo – unas 500 millones – de las cuales, unas cuatro millones de PcD, vivimos en la Argentina. Y necesitamos ser escuchadas y representadas. Y lo necesitamos mucho. Necesitamos que los medios, esos medios formadores de ideas y generadores de opiniones –no, no me equivoco al emplear los términos de esta manera—difundan imágenes más positivas, sin mitos ni estereotipos ni tabúes. Una manera de comenzar sería el modo en que se nombra a las personas con “dis”capacidad; y en lugar de “discapacitado”, “inválido”, “lisiado” o “minusválido” y teniendo en cuenta además, que las palabras generan pensamientos, podríamos decir o escribir personas con “dis”capacidad, y si hay poco lugar o poco tiempo, personas con d, y si tenemos poquísimo lugar y poquísimo tiempo, Pcd. Comenzar a pensar, a escribir y a decir: personas sordas, personas con movilidad reducida, personas ciegas, personas con déficit mental o intelectual. Y dejar de pensar en qué grado o tipo de discapacidad o minusvalía o invalidez tiene cada uno y considerar y pensar a las personas con “dis”capacidad, personas. No existen las personas que no hacen nada o que no sirven para nada. No existen los seres inválidos, ese es otro paradigma que hay que hacer caer. La persona que no hace nada o que no sirve para nada es porque está muerta. La persona que está “inválida” es ¿qué no tiene validez? ¿para qué y quién lo establece?... Es la “dis”capacidad hoy entendida, en Argentina, en América Latina y por muchas personas –todavía y lamentablemente--, como “un problema de difícil solución”. Si seguimos percibiendo a la “dis”capacidad como “un problema”, y no como “una forma más de vida, dentro de la biodiversidad” –como lo vienen haciendo en Norteamérica y en Europa-- nos encontraremos muy lejos de hallarle una solución. Ya lo ha dicho Einstein: “cuando tenemos un problema difícil, para resolverlo, hay que cambiar de paradigma”. Y esto es lo que voy a pedirles a los Medios de Comunicación: “que ayuden a cambiar el paradigma de la y en la “dis”capacidad”. Veamos y propaguemos imágenes positivas de las personas con “dis”capacidad y de las mujeres con d, conformando una sociedad NO “a pesar de las diferencias” sino: “a partir de las diferencias”, porque lo que enriquece a los individuos son, precisamente, esas diferencias. Los estereotipos no sirven ni hacen bien, a nadie ni en ningún lado y, además, reflejan una realidad que no es tal. La “mala de la novela” está paralítica. Me y les pregunto: ¿y porqué está paralítica es mala? ¿o está paralítica por ser mala? ¿Cómo deduce o de dónde saca el o la guionista que esto es así? La maldad y la bondad, el odio, el amor, el resentimiento, la confianza, la amabilidad, son sentimientos o virtudes que no tienen nada que ver con la condición física de las personas. Se encuentran en personas gordas, flacas, lindas, feas, bajas, altas, rubias, morochas, peladas, con pelo, sanas y enfermas. Y en personas de género masculino o femenino, de naturaleza heterosexual, homosexual o bisexual. Es tiempo de que dejemos de suponernos, de pensar y de emitir imágenes estereotipadas, de que nos demos cuenta que somos mucho más que consumidores/ as, usuarios/ as y ciudadanos/ as , que debemos ser bien representados por quienes tienen la obligación de hacerlo bien. Somos personas todos/ as, sin distinciones y podemos exigir que los valores se transmitan por los medios de difusión, todos aquellos valores que hacen que la dignidad humana, sea algo más que dos palabras. Podemos exigir ser representados, no estereotipados... Pregunto: ¿Desean habitar un país digno, seguro y confiable? Pues primero debemos ayudar todos a formarlo. Un país digno, seguro y confiable tiene ciudadanos y ciudadanas dignos/ as, seguros/ as y confiables. Es condición fundamental que nosotros seamos primero así, para que vuelvan, como un boomerang, estas cualidades a nosotros. Mientras se mantenga la línea que vienen desarrollando los Medios de Comunicación, difundiendo noticias de calamidades, robos y crímenes de todo tipo, estaremos creando más noticias de calamidades, robos y crímenes de todo tipo. A los y las Responsables de los Medios de Difusión: voy a pedirles ayuda y quiero hacerlo en nombre de nuestros hijos e hijas, de nuestros padres, madres, abuelas y abuelos y de todas las personas con y sin “dis”capacidad de Argentina y del Mundo: Ustedes pueden colaborar y además, es imprescindible que lo hagan: ¡Cambiemos el modo! ¡Miremos de otra manera! ¡Hablemos de otra forma! ¡Escribamos distinto! ¡Transmitamos imágenes diferentes! Y entonces es posible que todo lo bueno que los argentinos y argentinas deseamos, se haga presente. Ese será un Día Maravilloso y, seguramente formará parte de un Futuro Maravilloso. Un Futuro en el que la diversidad será respetada y tratada como lo que es: una forma más de vivir la vida, y de disfrutar el Mundo hermoso que tenemos. Gracias Silvia Valori por compartir esta excelente nota !!! http://www.silviamirtavalori.com.ar/index.htm

1 comentario:

Unknown dijo...

quien escribió esta nota ? es argentina?